jueves, 18 de septiembre de 2014

La peor droga no contiene nicotina.

Ella ha vuelto a caer, vuelve a sentirse rota, vacía, sin ningún motivo por el que seguir adelante, vuelve a tirar la toalla.
Se acerca a su estuche y desenrosca la cuchilla del sacapuntas. Ya no le sirven las mariposas, necesita sentir el filo en su piel de nuevo, necesita dejar sus pensamientos aparte. Suena Little Things de fondo, pero ella no hace caso a la música, y clava el frío metal en su piel. Pequeñas gotas de sangre corren por su brazo, haciendo que su dolor interno se olvide por completo, y se centre únicamente en el dolor de su muñeca.
Acabó tendida en su cama destrozándose la garganta, porque le había prometido a sus seres más queridos que no volvería a hacerlo, pero ella no sabía que esto era como una droga, que una vez que entras, ya no puedes salir, y si consigues salir, recaerás.
-Anael