sábado, 11 de febrero de 2017

mariposas

No consigo olvidar el brillo de tu mirada
cuando viste todas mis mariposas
y aun así decidiste quedarte
y cuidarlas.
Revolotean por mi cuerpo decenas de cicatrices
de todas ellas
de sus alas rotas y su color atardecer
de sus ganas de volar y su cadena a mi piel.
Y tú; sabiendo que no me refiero a las de los enamorados
has construido una fortaleza en los surcos de mis heridas,
y me has hecho un refugio de mi misma entre tus brazos.
Quería hablar de las mariposas
y he acabado haciéndolo,
como siempre,
de las que conseguiste salvar con tu nombre


-Anael