lunes, 18 de abril de 2016

Ya es tarde.

"Llueve
Porque hasta el cielo tiene ganas de llorar a estas horas"
Pablo Benavente

Llueves como nunca
y esta vez no es,
como siempre,
por tu afición de ver llorar las nubes 
porque, a fin de cuentas,
llevabas guardándotelo todo el año
y las tormentas no explotan sólo en verano.

Empieza marzo y ya llora,
se sabe el final de nuestra historia.

Tú podrías haber sido mi tormenta y mi huracán,
tú me podrías haber dejado temblando de la
felicidad pero no nos salió bien.

Nuestra única meta era ser la carrera infinita de
gotas que mirábamos de pequeños, a ver cual
ganaba.

Quería disfrutar de todos tus poemas
aún sin ser poeta.

Te he dejado plasmado en todos y cada uno de mis poemas
aún sin quererlo.
lo siento.

no pretendía hacerlo, solo quería poder observarte
y ver que ganabas la carrera de la vida y que las gotas éramos nosotros,
luchando por seguir vivos.

pero joder, parecíamos idiotas
confiando en esa utopía que llevábamos por bandera
para causar la revolución de nuestra historia.

todos los días sin ti se vuelven grises
ya que eramos nosotros quienes
hacíamos de la tormenta tropical un baile.

quiero seguir sin ver al resto del mundo
bajo nuestro paraguas transparente,
y que la monotonía contigo
sea una simple palabra más en el diccionario.

como esas 4 palabras que me dijiste,
esas 4 palabras que no eran palabras,
eran 4 putas balas directas a ese músculo que bombea sangre.

como me hubiese gustado que ese "lo siento, te dejo"
hubiesen sido 4 palabras sueltas en el diccionario.

como me hubiese gustado transformar esas 4 balas en 4 margaritas.
4 margaritas para regalártelas todas las mañanas. 

acaba marzo y sigue lloviendo,
me has llamado pidiéndome perdón,
y yo te he lanzado 5 balas: lo siento, ya es tarde.

-Anael y Kiwi

miércoles, 13 de abril de 2016

Podemos ser

Mi vida era un constante blanco y negro
hasta que perdiste tus caderas por Gran Vía
y le aportaste el color más bonito jamás visto,
el de tus ojos.

Qué quieres que te diga,
bailar a tu lado debería considerarse,
como diría pablo,
de la octava a la decimotercera maravilla mundial.

De verdad, es probar tus besos
y que mi cabeza se llene de versos
que pueda escribirte,
y decirte,
antes de que te vayas,
quédate.

Que,
como diría Béquer "claves tu pupila en mi pupila"
mientras me agarras de la mano,
y temblando,
me prometes que volverás pronto,
para quedarte.

Ahora cuento los días que me quedan
para volverte a ver,
y acabar con este monocromatismo,
también llamado distancia.

Podemos ser el yin
y el yang.
O yo tu Batman
y tú mi Superman.
Un perro tomando el sol
o un gato a la luz de la luna.

Podemos ser un infinito de posibilidades,
pero a la hora de la verdad, sólo tú,
me haces temblar.

-Anael.