Este verano tuve
la oportunidad
de descubrir
infinitas
constelaciones tumbada
en un banco.
Pude disfrutar de
Estrés,
ese pequeño
remolino de montañitas que
te salen en la
sien
cuando te das
cuenta de que nada es fácil,
de que por mucho
que lo intentes siempre va a haber algo
imposible de
conseguir,
y ahí está mi
meta,
romper imposibles
para construir improbables.
Además, vi de refilón a Ansiedad,
esos secos riachuelos que te salen por el cuerpo
cuando la única salida la encuentras en la comida,
porque algo ahí fuera te ha hecho pensar que no eres suficiente,
que tienes que ser y pensar como el resto del mundo,
que no puedes destacar por ser tú.
A veces, hasta me arrepiento de haber visto a Depresión,
esas cicatrices que te han quedado en la muñeca
por culpa de ese maldito gato
que te arañaba siempre que veía todos tus pedazos hundiéndose
en el mar de lágrimas que formabas siempre que
tus tres constelaciones favoritas se alineaban.
-Anael
cuando la única salida la encuentras en la comida,
porque algo ahí fuera te ha hecho pensar que no eres suficiente,
que tienes que ser y pensar como el resto del mundo,
que no puedes destacar por ser tú.
A veces, hasta me arrepiento de haber visto a Depresión,
esas cicatrices que te han quedado en la muñeca
por culpa de ese maldito gato
que te arañaba siempre que veía todos tus pedazos hundiéndose
en el mar de lágrimas que formabas siempre que
tus tres constelaciones favoritas se alineaban.
-Anael
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