Al fin lo hice, cerré mis ojos, y me precipite. Sentía como si volará, me sentía una pluma. Por fin, llevaba tiempo necesitando sentirme como una pluma, vaciar me la mente, y el estómago. ¡Ya soy libre! Grité, mientras bajaba. Y justo en aquel momento, "crack" escuché, era mi arnés, se había roto. Me iba a morir, aunque era lo que quería hace tiempo, pero ya no, por fin era feliz, lo había superado, ya no sufría anorexia, ni bulimia... "Adiós" dije antes de caer al río... Desde ahí lo único que recuerdo es que me desperté escuchando mi nombre una y otra vez.
-¿Dónde estoy? - Pregunté al señor que estaba frente a mí.
-En el hospital, anoche se intentó suicidar - me dijo.
-Pero... ¿Cómo?¿Yo llevaba arnés, no es cierto? - Le contradije.
-No, no llevabas, es más, en ese puente está prohibido hacer puenting, hay un cartel - me rebatió. Da gracias a que sigas viva, mira, los doctores solemos decir, que cada puente, está enamorado de un suicida.
-Anael.
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